Me curan los enfermos.
Son ellos quienes abren su pecho.
Son ellos quienes van lamiendo
las excrecencias, las heridas,
las monumentales infecciones
de mi espejo lastimado.
Son ellos quienes toman
mi pésimo corazón
y le dan vida.
Torsos que se arrastran
me muestran el camino.
Son ellos quienes abren su pecho.
Son ellos quienes van lamiendo
las excrecencias, las heridas,
las monumentales infecciones
de mi espejo lastimado.
Son ellos quienes toman
mi pésimo corazón
y le dan vida.
Torsos que se arrastran
me muestran el camino.
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