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HALO en largo


Yo tiendo a ver HALO como un sendero espiritual por derecho propio, pero aun siendo un sendero espiritual con su propio set de perspectivas y prácticas, es un sendero espiritual que nos abre y dispone a todos los senderos espirituales, y más aún los acomoda y sintetiza en un solo lugar, pues HALO tiene un carácter sintético.

  

Lo que hace HALO es mostrar, de un modo completo e integrado, el sendero subyacente que corre por debajo de todos los senderos, el sendero universal y perenne que da vida y forma a todos los senderos.

 

Y así HALO nos ayuda a comprenderlos y navegarlos, aunque también a diseñar y enactuar un sendero propio, si fuese el caso. 

 

Soy de la opinión que todo viaje espiritual responde a un guion o plantilla arquetípica formada por tramos igualmente arquetípicos con los cuales es importante familiarizarse, puesto que traducen el movimiento orgánico de la consciencia cuando se encuentra en un proceso de iluminación espiritual. 

 

Digamos que HALO es una representación o mapa del viaje arquetípico, que sin duda es más fácil recorrer si tenemos dicho mapa.  

 

Un mapa bien puede marcar la diferencia entre que tengás un viaje estéril, un mal viaje, un viaje mediocre, o un buen viaje, es decir un viaje dulce, fluido, benéfico, fino y mágico.

 

Este mapa nuestro no es un mapa convencional, cuyo objetivo sería solo el de representar un espacio dado; nuestro mapa diagrama más bien algo que ocurre en la dimensión del tiempo, y un tiempo en este caso que es portador de suceso y de sentido, es decir un tiempo narrativo.  

 

Por otro lado, mientras un mapa convencional representa el territorio de lo visible, el mapa espiritual, como aquí lo planteo, representa los paisajes y procesos del viaje místico, y por tanto capta planos mucho más sutiles, por no decir inefables: es un mapa de la consciencia, y no solo un mapa de la consciencia sino de la evolución de la consciencia.

 

Por supuesto, con todo mapa siempre hay un riesgo y es el de esquematizar demasiado el territorio; el riesgo es el de disecar el viaje espiritual, volviéndolo demasiado metódico, esquemático y lineal. 

 

Está claro que el mapa no es el territorio, que el territorio es mucho más que el mapa, y si bien el mapa está diseñado para que comprendamos y superemos las confusiones de nuestra narrativa espiritual, no hay que olvidar que el viaje real no es tan predecible y ordenado como el del modelo, es mucho más caprichoso y caótico.

 

Por otra parte, hay mapas y hay mapas: por ejemplo un mapa satelital es absolutamente preciso, a diferencia de un mapa del siglo XIV, que en comparación es muy torpe; me gusta pensar que HALO es un mapa mínimamente correcto.

 

A veces hablo de HALO, no como un mapa, sino como un simulador de vuelo: y la idea claro es volar en el simulador para que cuando efectivamente estemos volando en el terreno podamos hacerlo bien. 

 

Tampoco hay que cometer el error de creer de que el viaje HALO, o cualquier otro viaje simulado, es tu viaje espiritual como tal, pero aun siendo distintos, el viaje simulado y el viaje real definitivamente se coinfluencian y a ratos coinciden. 

 

Y HALO, siendo un mapa, siendo un viaje simulado, de hecho es un viaje real, o sea que cuando viajamos en HALO reamente estamos viajando, y nuestra vida está siendo realmente modificada por dicho viaje. 

 

Podemos decir que HALO es un viaje profundo dentro de ese profundo viaje que es el viaje espiritual, o a lo mejor podemos decir que es una expresión particular del viaje espiritual general, y yo añadiría: una poderosa expresión del viaje espiritual, quizá la más poderosa expresión del viaje espiritual que vas a vivir en esta vida. 

 

Lo interesante de este subviaje que es el viaje HALO es que está hecho para que adquiramos la inspiración, el conocimiento, la disposición y el entrenamiento para navegar el gran viaje espiritual del cual forma parte; en suma, es un viaje que tomamos para aprender a viajar, para familiarizarnos con el viaje espiritual y entenderlo a fondo. 

 

En virtud de eso, HALO es un viaje muy especial, y es un viaje profundo, es un viaje que trae profundidad a tu vida, y para eso, para traer profundidad a tu vida, es que armé HALO. 

 

Yo armé HALO para aclarar el camino de quienes buscan claridad, en su viaje espiritual. 

 

Por eso es que HALO se llama HALO, por cierto, porque yo quería un nombre que indicara claridad, y por supuesto el nombre alude a ese nimbo de luz que rodea a los santos. 

 

La forma básica como HALO desarrolla claridad es por virtud de la enseñanza: HALO fundamentalmente enseña; cuando describo HALO lo describo como un proceso de mentoría espiritual.

 

Lo cual quiere decir que soy mentor y maestro, aunque también hago de entrenador, coach, facilitador y tantas cosas; lo que no soy es milagrero, como tampoco soy médico o psicólogo, y no puedo bajo ningún concepto cumplir con esas funciones, aunque a veces hago de terapeuta informal. 

 

Esta vocación didáctica nació de que me di cuenta que había mucha confusión espiritual, y que a lo mejor podía hacer algo para disiparla, y que podría ofrecer alguna clase de acompañamiento y dirección espiritual. 

 

No la clase de acompañamiento que se encuentra en los típicos lugares religiosos, iglesias o centros espirituales, que promueven un enfoque gregario, abstracto y nivelador, y por tanto no dan a los buscadores los saltos dirigidos que necesitan, más bien congelando su expansión y su autonomía.

 

En mi forma de verlo, la independencia es muy importante en la espiritualidad: yo de hecho tengo una gran estima por el autodidactismo espiritual, y me considero sin duda un autodidacta espiritual. 

 

El asunto es que no a todo el mundo le funciona la fórmula del autodidacta, o no todo el tiempo: puede que el practicante solitario tenga toda la pasión del mundo, mas sin guía o facilitador que le permita repertoriar y sensorear en qué lugar de su desarrollo se encuentra, es muy posible que quede atrapado en ciertas experiencias limitadas y limitantes, por tiempo indefinido. 

 

Para poder trascenderlas, necesita algún tipo de ayuda y acompañamiento, pero no un acompañamiento de tipo gregario, sino un acompañamiento más íntimo, que por lo mismo, por íntimo, es transformador. 

 

Como estoy acompañando al estudiante de un modo muy enfocado y personal, eso me permite ubicar con gran precisión su coordenada, lo cual a su vez me permite ayudarle genuinamente a dar el salto definitivo en su desarrollo espiritual. 

 

Es cierto que este formato personalizado no me permite trabajar con muchas personas a la vez, lo cual dicho sea de paso podría ser no solo muy estimulante, sino además muy rentable. 

 

Pero, por otro lado, siento que, si yo trabajara con grupos, perdería toda la conexión y toda la profundidad, perdería la conexión profunda, es decir la intensidad, la intimidad y la integridad de la transmisión. 

 

Esta conexión no solo es de mí hacia el alumno sino también del alumno hacia mí, y el alumno tendrá que determinar si puede, quiere y juzga sabio mantener esa clase de vínculo conmigo, bajo el entendido de que así como tengo algunas luces, tengo muchos sombras y defectos y problemas, que no me interesa ocultar. 

 

De más decir que las distintas relaciones y sinergias entre maestro y estudiante han de ser siempre respetuosas, sensibles, despiertas y devotas.

 

Por supuesto, para estar en HALO hay una serie de requisitos y compromisos que han de ser cumplidos, todos encontrables en el blog; el compromiso es esencial para este proceso, así como lo es también el interés: pido al estudiante que tenga un interés auténtico en el desarrollo espiritual y que de veras quiera absorber las enseñanzas. 

 

De mi lado ese interés lo es todo: yo no tengo credenciales ni certificaciones, pero para mí el darma lo es todo: tengo un genuino deseo de impartirlo, y de recibirlo, desde luego, lo cual, yo siento, me ha dado alguna clase de experiencia y de saber. 

 

Yo llevo años en esto del dharma, y años también de trasvasar a otros lo que he aprendido, tanto fuera y dentro de HALO. 

 

Para mí es muy importante compartir lo que he adquirido: así por ejemplo, los principios que modelan a HALO, y que HALO enseña, son los principios que yo procuro aplicar en mi vida, son mis principios; estoy hablando de principios como el amor, la libertad o la iluminación. 

 

Te hablé antes del estudiante y el maestro, pero aquí falta un tercer elemento, que es el Poder Superior, y que de hecho es en cierto modo el más importante: nada de esto puede funcionar sin la energía, la misericordia, la inteligencia y la bendición del Poder Superior, sea lo que Eso sea.  

 

Ahora es un buen momento para hablar de los tres programas, o viajes, como les llamo, de HALO, y lo primero que quiero decir al respecto es que es posible tomar los tres viajes, o solo dos, o solo el primero, bajo el entendido de que si hacemos el VIAJE UNO, no hace falta hacer el VIAJE DOS y el VIAJE TRES, y si hacemos el VIAJE DOS, no hace falta realizar el tercero. 

 

En los tres viajes miramos exactamente el mismo contenido, es solo en que en el VIAJE UNO lo miramos de un modo muy sinóptico, en el VIAJE DOS de un modo menos condensado, y en el VIAJE TRES lo miramos ya de un modo totalmente desempacado.

 

El VIAJE UNO, que es el más corto, consta de 9 reuniones (cada reunión tiene un costo de Q100). Y quiero decir aquí que toda la transmisión de HALO está sintéticamente en el VIAJE UNO, así que si entendiste todo lo que te dije en el VIAJE UNO, no necesitás ni el VIAJE DOS ni el VIAJE TRES.   

 

Ahora bien, sí es requisito hacer el VIAJE UNO para hacer el VIAJE DOS, y el VIAJE DOS para hacer el VIAJE TRES, puesto que cada viaje viene a ser, no solo un requisito, sino en cierto modo un examen de admisión, para el siguiente. 

 

En el VIAJE DOS seguimos explorando la plantilla o índice del viaje espiritual, pero de un modo mucho más granular. Consta de veintisiete reuniones (cada reunión tiene un costo de Q200). 

 

El VIAJE TRES, el más largo, es solo para alumnos muy serios y comprometidos, o acaso para los más lentos, los que más acompañamiento requieren. Consta de más de un centenar de reuniones (cada reunión tiene un costo de Q300). 

 

(NOTA: De momento solo estoy ofreciendo el VIAJE UNO; más adelante puede que reabra los demás viajes.)

 

El estudiante puede salirse en cualquier momento del viaje, y reanudarlo después, siempre y cuando yo esté de acuerdo, cosa que no siempre ocurre; lo ideal es que el interesado termine, si no el proceso todo, por lo menos el viaje en curso, pues como dicen los tibetanos es preferible no empezar algo a empezarlo y no terminarlo. 

 

HALO funciona en base a reuniones semanales de una hora y media, de carácter digital, en donde hay diálogo, teoría y meditación, más las tareas del caso. 

 

Y bueno, termino diciendo que yo veo a HALO como una iniciación con todas las de la ley y si le das la importancia del caso puede esta transmisión bien puede ser una verdadera transición para tu persona.

 

Para mí el punto de todo esto es irradiar la iluminación, el virus de la iluminación, y aunque no puedo asegurar que vas a salir totalmente iluminado, la meta sí es provocar en tu ser una transformación significativa, y de hecho así describo HALO: como un espacio cercano para el cambio profundo. 

 

Te invito a leer reportes de estudiantes sobre su experiencia en HALO en la sección de testimoniales del blog.

 

Y nada, si tenés preguntas sobre HALO en general, o el VIAJE UNO en particular, podés enviarlas a mi correo (e_memo@live.com) y yo me encargaré de responderlas.   

 

También puedes leer los siguientes posts, a modo de complemento: 

 

«El Guión Arquetípico»: 

https://acoalo.blogspot.com/2022/05/el-guion-arquetipico.html

 

«El Simulador»:

https://acoalo.blogspot.com/2022/05/el-simulador.html