El Proceso Halo está diseñado para ser un viaje profundo compuesto de microviajes también profundos: las reuniones.
En términos generales, los estudiantes de HALO se comprometen a una reunión semanal en un día fijo a una hora fija. La reunión dura técnicamente una hora y media.
La puntualidad es innegociable. La impuntualidad a un satsang es una falta de respeto. El estudiante por tanto procura no llegar ni antes ni después.
En cada reunión solo hay dos personas, el estudiante y el maestro, en un espacio cerrado, íntimo y seguro.
Los celulares se apagan y empieza la sesión.
Esta se apoya en tres factores esenciales: el diálogo, la teoría y la meditación.
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