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Responsabilidad y compromiso


He hablado ya de la responsabilidad en otro post. A lo dicho ahí quisiera agregar que los compromisos son las expresiones tangibles de la responsabilidad. 

 

Un compromiso tiene un rostro aspiracional y otro concreto: es algo que se asume, por un lado, y se practica, por el otro. 

 

Cuando se practica, el compromiso, algo cambia. El compromiso es el contenedor del cambio.

 

 

¿Qué hay de la responsabilidad espiritual? 

 

Visto desde un punto de vista, la espiritualidad no es una forma de adquirir bienestar, sino una forma de adquirir responsabilidad.

 

Luego, hay que decir que la responsabilidad espiritual contiene pero supera las responsabilidades convencionales.

 

Una espiritualidad bien asumida nos lleva a la responsabilidad universal.

 

Es la responsabilidad del agente espiritual que ha decidido no solo salvarse privadamente, sino además actualizar la salvación de todos los seres y del universo todo.

 

Queda claro que es imposible sostener esa clase de responsabilidad sin un compromiso espiritual solido.

 

A menudo este compromiso adquiere la forma de un voto, que por cierto no es algo exclusivo de monjes o renunciantes. 

 

Hay grados de compromiso espiritual. Algunos leves. Otros medianos. Otros muy muy intensos. De estos últimos se puede decir que si uno los toma y no los respeta, se meterá en problemas, espiritualmente hablando. 

 

 

El compromiso HALO 

 

La responsabilidad de HALO está ligado a su propósito. Que como ya hemos visto en otro lado es iluminar el camino de quienes buscan la luz. 

       

Un compromiso irrompible de de HALO es el de facilitar un proceso serio, no banal, de crecimiento interior. No vamos a garantizar que el estudiante saldrá irrevocablemente iluminado, pero sí que, si se involucra con total mente, corazón y cuerpo, su nivel de claridad, conexión y praxis espiritual subirán considerablemente de temperatura. 

 

Otro aspecto es el de crear un nexo profundo con quienes asuman este proceso. El estudiante puede esperar de la parte de HALO un acompañamiento sentido y una lealtad inquebrantable hacia su desarrollo espiritual. Aquí hay mucho amor, un amor que a veces ni los mismos estudiantes alcanzan a comprender del todo. Desde luego, se podría llevar el proceso de un modo impersonal y disociado, pero un buen maestro ama a sus estudiantes hasta las últimas consecuencias, no en un sentido codependiente, sino real. 

 

Por demás, el maestro ha de asumir el compromiso personal de encarnar las enseñanzas y prácticas. Lo cual tampoco es fácil. Se derrapa todo el tiempo. El reto entonces es reestablecer, una y otra vez, el compromiso perdido. 

 

 

Fiador y garante

 

En corto, el maestro está aquí para asegurar de que el estudiante salga de esta existencia mejor de lo que entró. 

 

Cuando el estudiante se acerca a HALO toma toda clase de riesgos. Muchas cosas, no necesariamente agradables, ocurren al estudiante, cuando sigue este sendero. 

 

Pero los riesgos son también para el maestro, que está cubriendo al estudiante. Digamos que es el fiador y garante del estudiante. Por lo tanto tiene que hacer un trabajo decente. ¡Si no cumple, habrá consecuencias!

                             

 

Lo más importante

 

El estudiante también tiene que hacer su parte, claramente.     

 

Una responsabilidad suya, por caso, es conectar continuamente con su poder superior a lo largo de todo este proceso. Asimismo, cultivar el vínculo con el maestro. Y asumir este trabajo como lo más importante.

 

En un sentido muy concreto, esto implica una serie de compromisos, compromisos que son esencialmente suyos, ningún maestro puede asumirlos por él. 

 

Por supuesto, si el estudiante tiene problemas de compromiso, entonces tenemos un problema. Mejor que vaya a un psicólogo, arregle eso, vuelva luego. 

 

Una típica forma en que se manifiesta la ausencia de compromiso es por medio del autosabotaje. Si nos dieran una moneda por cada vez que saboteamos nuestro proceso espiritual... 

 

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