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El Maestro, el Estudiante y el Poder


En cada reunión de HALO hay tres personas: el Maestro, el Estudiante y el Poder. El Poder se manifiesta gracias a la interacción consciente entre el Estudiante y el Maestro. 

El Maestro en este caso es Maurice Echeverría. Lo es en virtud de que es quien está dando las instrucciones. Si la palabra maestro parece excesiva, entonces simplemente llamémosle catalizador espiritual. En efecto, su rol es el de catalizar saltos. Esto lo hace por medio de distintos elementos como el coaching, el enfoque terapéutico, la mentoría, el diálogo profundo y la transmisión espiritual. Su enfoque pluridármico le ha permitido tener algún contacto, por muy leve que sea, con todas las formas dominantes de espiritualidad. También le ha permitido extraer sus principios y estructuras universales, que son los que enseña en el Proceso HALO. Por demás, que haya visitado tantas formas de conocimiento no le ha impedido profundizar en unos más que otros, así el budismo o el advaita vedanta. Por aparte, su propio viaje de sanación le puso en una situación en donde aprendió a ayudar y acompañar a otros, desde la claridad y también desde la intensidad que no admite complacencias de ninguna clase. Es una marca de su estilo. 

Por supuesto, el afecto también ahí. Y la gratitud. Dice Maurice: «Doy gracias a quienes regresan semana a semana a mi casa y me abren su casa interna, mostrándome su luz y su lágrima, una intimidad que no doy por descontado. Gracias porque me dan la oportunidad de servir lo más alto, sirviéndolas a ellas. Se podría decir que yo soy el mentor aquí, pero estoy seguro que es al revés. Soy yo el estudiante». 

Al final, por supuesto, el mérito no es solo del maestro o del estudiante. Más palabras de Maurice: «Todo el crédito va a la Gracia y el Furor, yo no me adjudico nada. Este chirajo, este enfermo, este insignificante protoplasma no tiene semejante calibre o alcance. Soy meramente una condición cooperante en un Proceso que es tan misterioso como evidente, tan numinoso como punzante». 

El hachazo del darma espantará todas las oscuridades.

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