«Hace algún tiempo, estaba sentada en Atitlán, mirando el reflejo del sol sobre el agua.
Sintiendo que la experiencia de la vida era finita, que mi mundo se hacía cada vez más pequeño, deseando entender cómo trascender mi autoconfinamiento en este cuerpo, en esta mente. Subí las empinadas gradas hacia la casa y entendí que necesitaba un maestro.
Y entonces… ¡HALO!
HALO es un espacio de evolución, un espacio seguro, un espacio poderoso. Hay método, hay sabiduría, hay conexión y apertura, y sobre todo hay trabajo.
Maurice te pone a trabajar en vos y en las posibilidades de tu ser, te muestra el camino de la libertad, el camino de la relación y te guía para que aprendás a caminar por el sendero de en medio. El sendero equilibrado.
Maurice me introdujo a los maestros más afines a mi pulsión espiritual, me abrió a lo sagrado con gentileza y pasión. Me regaló la flor que contiene todos los universos. Es un maestro en todo rigor.
Mi ser es espacioso, gracias, maestro.»
Claudia Armas
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