(Buscando a Syd publicada el 19 de noviembre de 2015.)
Después de los dos atentados en territorio francés escribí posts en Facebook (y comments) al respecto. Algunos aquí:
Los atentados
1. Ese oscuro objeto del deseo, de Buñuel. Recuerdo lo mucho que me impresionó, en ella, todo eso de los atentados, un escenario tan histérico, tan exógeno, tan pesadillesco, tan fuera de lo concebible: el terrorismo como surrealidad. Con los años, esa surrealidad habría de extornarse en nuestro propio sistema de realidad, en las calles, los venues, las estaciones de metro. Aquel Buñuel era un profeta.
En defensa de la religión
1. Hay que ver el regocijo fascistado por medio del cual nos quieren meter a los que practicamos la religión en un mismo saco con los del atentado parisino, como si todos los religiosos fuéramos unos esperpentos volcados al sicariato premoderno. He visto en ello un enorme depósito de violencia jergal, inventario de injurias sublimado en razón. No seré yo quien me deje marginalizar de esta manera.
2. Gordas hormigas antirreligiosas, caminando en mi pantalla. La religión es el boogey man de los civilizados, esos incautos, esos inocentes que creen que sus buenas maneras las consiguieron entonces con buenos modales.
3. El problema no es religioso: es memético.
Las culpas de Occidente
1. ¿Podemos dudar que buena parte del Islam está hoy bloqueado en zonas culturales integristas por culpa del mismo universo de Occidente que hoy le repudia? ¿No es cierto además que el atentado parisino será capitalizado para respaldar los peores intereses políticos occidentales?
2. Nunca dije que Occidente era el mero y solo culpable de los euroterrorismos actuales. Como yo lo veo, hay una complejísima red de causas y condiciones cooperantes que han suscitado este dilema, y entre ellas se encuentra el backlash provocado por las políticas colonialistas y neocolonialistas practicadas en Occidente. Una cosa que sí he dicho es que todos somos responsables de arreglar este problema cultural profundo.
3. Todos tenemos las manos manchadas de petróleo y eso es decir manchadas de sangre.
4. Armar un jihadismo a la inversa, un jihadismo occidental, no servirá, de hecho, de nada.
5. Queremos sacar al enemigo de casa, para resolver el problema, pero el problema es también la casa misma.
6. Occidente, más que la prostituta, es el proxeneta.
7. De igual modo que el terrorismo crea terror, el terror crea terroristas.
Crítica y libertad de expresión
1. El statu quo cultural quiere hacernos creer que libertad de culto y libertad de expresión son dos libertades opuestas, pero no lo son, a menos claro que las opongamos.
2. Libertad de expresión sin responsabilidad o límites es pensamiento débil en su peor expresión.
3. Reivindican la apertura y el diálogo como un valor de ellos, pero para lo que usan el diálogo es para negar al otro, no para entrar en su mundo y aprender a respetarlo.
4. Mi posición absoluta es la siguiente, la digo sin ningún titubeo o vacilación: yo soy y no soy Charlie.
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