(Poema para ellos,
Pues platican.)
Ellos conversan,
Los conversadores,
Los pescados
Esmaltados sin más amor
Que el de hablar y más hablar.
Lo más bello es este rojo
Espejo en donde las horas no pasan.
Muy dura la vida,
Cuando nadie dialoga.
Sin conversadores
No hay conversos.
Palabras mías
Si otro las escucha.
En este nido
De la voz encontrada
Se vale susurrar y aullar.
¡Recuerden a Rumi y a Shams!
Los que se quedan callados
Son los amigos subrepticios de la oscuridad.
Decir desde arriba
Es estar para siempre solo.
Pero hablar en círculo
Es recibir el aceite descoyuntador.
Que los pechos sangren
Por hablar de las cosas más altas,
De viejas historias de guerreros.
Es vos y yo quien dice lo mismo.
Las tazas de café
Son la forma en que el páncreas
De un ángel nos quiere expresar algo.
¡Por Dios, tomemos café y charlemos!
Seamos corteses,
Cortémonos las manos
Que quieren huir y tocar objetos sin sentido.
Me entristece lo mucho que no dialogo
Con nadie, a veces.
Ya sé que eres Caligula.
Ya sabes que soy Pol Pot.
No hay nada qué ocultar.
Los cuerpos son hologramas.
Todo comienza y termina,
Comienza y Termina.
Menos la Conversación,
Menos este Deslumbramiento.
Dulces ecos sin dueño.
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