Toro Sentado, el hierático,
Tatanka, tiene una Visión:
desde un cielo de larvas, 
flácidas hachas bajan 
a una tierra sin señorío, 
en donde solamente hay 
una colina y un pájaro;
el pájaro es espantado  
por un disparo atónito,
que rompe un círculo;
la sangre del círculo roto
se convierte en bravo río 
de plumas envenenadas; 
el río se estrella contra 
una roca dura de balas;
la roca, ella, está rodeada 
por cantos estériles,
por hambres furiosas, 
por danzas degolladas, 
por bisontes golpeados,
por caminos muertos,
por huevos podridos, 
por caravanas ridículas, 
por escopetas borrachas, 
por reservas en llamas
y por caballos desiertos. 
Tal es la Visión. 
Toro Sentado, 
una vez más,
se levanta.
se levanta.
