arranca,
con tus niños santos, esta mudez,
trae
de la destierra el disparo de la carne divina,
maestra
del hongo–glande, si quieres ayudarme,
elabora
tu fuego intermitente con tus manos de maíz,
traspasa
los muros que no tienen ventanas,
recorre
las dunas con tu psilocibina punk,
recolecta
mujer constelación huarache las presencias
que
atacarán la muerte final de la piel,
la
pesadilla que devorase aquella mi paz,
abre
el frío, entona, recobra mis pedazos,
mis
microhuesitos, perdidos en la amplia tormenta.
Comments
Post a Comment