Skip to main content

Cristo

Óyeme, Cristo, amor, dime algo tierno al oído.
Dame tu coro de células, tu utensilio. 
Te ofrezco 
este material completo de sufrimiento,
esta simulación de vida, penetra este fuego con tu sombra. 
Óyeme, Cristo, amor, no seas dócil,
no tengas consideración por las ingles de esta angustia. 
Pon en derredor la mano, clandestinamente. 
Ven, impío, extrae de mí las vísceras,
ven a rozar mis enucleaciones.
Seamos la cochambre,
y cuando todo esté consumado 
salgamos juntos 
al balcón 
a contemplar los buses interinos, para llorar 
por aquellos choferes que muertos los conducen.  

Comments