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Meister Eckhart


Tenemos un amigo: se llama Eckhart.

En estos tiempos dialectales y oscuros,
tiempos ya de persecución y juramento,
no hay muchos como él, y los que hay,
enmudecen, se abaratan en su silencio.

Solo un herético como Eckhart
prevalecerá ante el Abundante. 

Lo simple y lo complejo,
lo humilde y lo insondable,
lo ungido y lo episódico,

no encuentran
contradicción

en su persona. 

Eckart sigue escribiendo,

bajo la luz
de la llama

–de la llama total.

Eckhart es el ojo

con el cual miramos a Dios
con el cual Dios nos mira.

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