Ole, dorje y pulmón,
lleva el darma–diamante
a las tierras tan bárbaras
del entero planeta Tierra.
Desde un pájaro de hierro
se deja caer una y otra vez
al excitante abismo sin alas.
Es hijo del Espacio y del Karmapa,
que son lo mismo, y por lo tanto vive
sin muros, sin ventanas, directamente.
No rinde cuentas a los lacayos
de lo políticamente correcto,
más bien destripa las larvas
color existencia condicionada
que brotan de sus bocas crónicas.
Ole, sin cal en la lengua,
ruge,
y cruza en su motocicleta vajra
las carreteras cubiertas de aceite
de ego, como un rayo sin miedo.
Además ayuda
a las personas
a morir/no morir.
a las personas
a morir/no morir.
Todos los
aviones
se postran
ante
el lama
danés.
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