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El viaje dos


Hola, Maurice les saluda nuevamente. 

 

Vengo a hablarles del segundo programa de HALO, el Viaje Dos.

 

El Viaje Dos es para quien ya tomó el Viaje Uno y fue estimulado en cierto modo por el mismo, y ahora quisiera seguir adelante. 

 

El Viaje Dos se parece en muchas cosas al Viaje Uno. Por ejemplo, mantiene la misma estructura de diálogo, teoría y práctica de cada reunión. 

 

Por otro lado, hay diferencias. Empezando con que este programa ya no es gratis, aún si lo que hay que pagar no es realmente oneroso (Q150.00). 

 

Luego el Viaje Dos es ligeramente más grande que el Viaje Uno. Mientras el Viaje Uno contiene cinco reuniones, el Viaje Dos contiene ya dieciséis. 

 

Si algo me gusta del Viaje Uno es que nos entrega la transmisión en su forma esencial. 

 

No obstante es un brebaje casi abstracto. El Viaje Dos nos permite diluir el contenido en más sesiones, y por lo tanto hacerlo un poco más concreto. 

 

No es que deje de ser sintético, pero empieza ya a abrirse, a explayarse, a entrar en materia, como quien dice. 

 

Sin embargo, aún no es la transmisión en todo su rango. En ese sentido, es una suerte de transición entre el concentrado Viaje Uno y el dilatado Viaje Tres.  

 

Antes no era así. Antes no había Viaje Dos. Ni siquiera había Viaje Uno. Simplemente metía al estudiante al Viaje Tres, lo cual, ahora lo veo, era un tanto áspero de mi parte. Así que decidí lubricar la cosa.

 

Lo que me gusta del Viaje Dos es que se trata de un programa suficientemente corto como para que el alumno pueda terminarlo sin tortura, pero es lo suficientemente largo como para que el estudiante tenga un vislumbre real de cómo sería trabajar conmigo a largo plazo. 

 

Una vez terminado, el estudiante está en posición de saber si soy el instructor espiritual adecuado para él o ella. Análogamente, yo puedo decidir si quiero trabajar con la persona o no. 

 

Por otra parte, el Viaje Dos funciona como un sumario o índice del sendero espiritual. Digamos que nos lleva abreviadamente desde el principio al final del mismo.  

 

Aquí empezamos a sentir ya la naturaleza narrativa del proyecto interior. 

 

Es cierto que el Viaje Uno nos rinde una temporalidad o secuencialidad básica, en donde vamos del amor a la libertad y de la libertad a la iluminación. 

 

Mas en el Viaje Dos la línea de tiempo es más granular. 

 

Los principios espirituales son los mismos del Viaje Uno, pero el Viaje Dos los desempaca y expande. 

 

En ese sentido, en el Viaje Dos exploraremos las cuatro cualidades del amor, los cuatro niveles de la libertad y los cuatro despertares de la iluminación. Aparte dedicaremos un par de contenidos al viaje espiritual como un todo.  

 

Una vez establecida esa base de conocimiento, ya estaremos en condiciones de tomar el más complejo y más demandante Viaje Tres. 

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