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Preparando el proceso


Todo proceso exige preparación. 

 

Todo aquel que ha conseguido lo ha conseguido porque sabe, sobre todas las cosas, prepararse. De hecho, se sigue preparando en cada reunión, en cada partido, en cada lienzo, como si fuera la primera vez.

 

Al estudiante de HALO le corresponde prepararse para cada reunión, pero antes de eso tiene que prepararse para el proceso todo.

 

Prepararse materialmente, emocionalmente, mentalmente, espiritualmente. 

 

Prepararse materialmente puede ser visto en dos sentidos. Uno es tener la solvencia económica para poder costear el proceso. Otros es estar relativamente sano y fuerte. Necesitamos un organismo capaz y coherente, para hacer este viaje.  

 

Estar emocionalmente preparados quiere decir tener, de entrada, una plataforma afectiva saludable: sensible pero dejando a un lado los dramas. También supone la disposición de entrar a una relación de mucha intimidad con el maestro, una relación seria, sin proyecciones ni juegos bobos. En términos generales, es importante que el estudiante se encuentre en una zona de relativa sanidad psicoemocional antes de hacer algo como HALO. 

 

Prepararse mentalmente nos habla de la importancia de poseer una cierta disposición y una capacidad suficiente para el estudio y el esfuerzo teórico. 

 

Prepararse espiritualmente es muchas cosas. La fascinación profunda por los contenidos dármicos ha de estar ahí, desde luego. Es una fascinación que es una entrega. Hay que darlo todo al proceso espiritual. De otro modo esto no va a funcionar. Hay que dar nuestro tiempo, espacio, recursos, energía, entrega, lealtad, devoción. Muchos seres humanos, a lo largo de la historia, han dado incluso la vida por la iluminación o por su fe. No hay razón para no imitarles. La espiritualidad merece el sitio más alto en nuestra existencia. A algunos esto le podrá sonar escandaloso. ¿Cómo voy a poner la espiritualidad por encima de mi trabajo o mi familia?  El asunto es que en la medida en que nuestra vida espiritual esté bien todo estará bien, incluidas nuestras relaciones. Por otro lado, dedicarnos a la espiritualidad de un modo incondicional nos permitirá comprender que la espiritualidad no es solo otra dimensión de la vida: es la vida toda en su totalidad. Una vez hemos adquirido esta clase de entendimiento, podemos establecer una motivación y un compromiso muy puros. La pureza importa, a la hora de empezar el trabajo interior. Hay que limpiar la casa, es decir partir de un lugar incorrupto, un lugar de mucha integridad. Como dijo el Bautista: «Preparen el Camino del Señor, enderecen sus senderos». Por lo tanto, no es mala idea hacer una práctica de purificación, antes de iniciar. Ya limpios, estamos en condiciones de abrir radicalmente el corazón. Y entonces comenzamos con un buen grito de guerra. Antes, en aquellas buenas y carniceras batallas campales, quienes no daban ese grito eran los primeros en ser desollados. ¿Queremos ser desollados? De la calidad de este grito inicial dependerá la calidad de todo el proceso. 

 

Aparte de prepararme yo, en tanto que estudiante, tengo que preparar a los que me rodean. En cierto modo ellos estarán tomando el viaje conmigo, de una manera indirecta. Mi transformación transforma mi hábitat, a veces de maneras irreversibles. Se han visto hasta divorcios en HALO… Así pues, es de sentarse y hablar con los míos. Tener la deferencia de explicar a nuestros otros significativos a qué nos estamos metiendo (¡y de paso explicarles que no se trata de ningún culto!). Por favor, no tratemos de reclutarlos ni de evangelizarlos de ningún modo. Solo es de explicarles qué es esto y advertirles que posiblemente van a darse cambios sustanciales en nuestra persona. Gentilmente, pero sin concesiones. HALO ha de ser siempre un espacio innegociable.

 

Quisiera agregar la importancia de pedir ayuda espiritual –al poder superior que nos parezca más relevante y revelante– para que este viaje nuestro sea auspicioso. Una ceremonia para atraer bendiciones y apartar obstáculos es una movida inteligente.

        

Ya para ir cerrando el tema, es de resaltar la diferencia entre planificar y prepararse. Uno planifica para aquellas cosas sobre las cuales tiene algún control; y se prepara para aquellas sobre las cuales no. Por ejemplo uno se prepara para la enfermedad comprando un seguro de salud, o llevando una vida sana. 

 

HALO por supuesto es algo que está fuera de nuestro control. Nos estamos embarcando en una exploración que nos rebasa en cualquier sentido. Pero eso no quiere decir que no podamos, de hecho, prepararnos. 

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«Inicié el viaje espiritual en HALO el 13 de abril de 2020, en una época difícil de mi vida. Mi objetivo era adentrarme en una espiritualidad más profunda, hacerla crecer y lograr un mayor acercamiento a Dios. Soy una católica practicante, y eso es algo de lo que hablamos y convenimos desde un principio con Maurice, que dicho viaje se enfocaría dentro del camino cristiano.