Estamos enterados que Dios es poder. De ahí que se hable de Dios, por ejemplo, como el Poder Superior.
Por supuesto, también podríamos hablar de la Inteligencia Superior, o del Amor Superior, para el caso. Son todas distintas formas de entender a Dios.
No es que una forma sea superior a otra. Simplemente hay quienes se les hace más fácil describir a Dios en términos de poder o energía (por ejemplo hablan de la “energía del universo”).
Cuando uno se pregunta qué es la energía, uno se está metiendo a una camisa de once varas. Y es porque la energía es un tema complejo que posee varias y demasiadas definiciones, todos los cuales requieren ser presentadas y articuladas.
Solo en el campo espiritual –el que aquí nos interesa– podemos hablar de por lo menos seis definiciones.
Vamos a semiabordarlas a continuación.
Todo es energía
Cuando decimos que Dios es energía, estamos hablando tanto de su aspecto manifiesto como inmanifiesto.
Todo es energía, incluida la nada, que es energía potencial.
Así pues, podríamos decir que el Espíritu, o la energía total, se divide en dos aspectos: el ser sin forma y la manifestación activa, es decir Shiva y Shakti.
Shiva siendo la energía potencial, latente, que ha de ser extraordinaria para dar lugar a la energía manifiesta, ya de sí incalculable.
Y luego está Shakti, que corresponde a la energía manifiesta.
Lo invisible
Con frecuencia la gente usa el término energía para hablar de lo invisible.
Como cuando entra a una casa y dice sentí “una energía”.
En este caso no está hablando de Shiva, es decir de la energía inmanifiesta, sino simplemente de una forma energética sutil, no grosera.
Pero aquí estamos usando el término energía para hablar de Shiva, que por supuesto es simplemente una manera de hablar del silencio primordial del cual todas las energías formales emergen.
El principio intermediante
El modelo triunico es un modelo aún más sofisticado para explicar la energía, en donde tenemos la energía potencial, por un lado, la energía manifiesta, por el otro, tal y como ya fueron explicadas, pero luego tenemos una zona energética intermedia, un principio que intermedia entre Shiva y Shakti. En lenguaje cristiano podría hablarse del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
O está el modelo budista del trikaya, en donde hay tres cuerpos o vehículos: el nirmanakaya o cuerpo de la manifestación; el sambhogakaya o el cuerpo del gozo; y el dharmakaya o el cuerpo trascendental.
En estos modelos terciarios, hay tres tipos de energía.
A veces no se habla de tres energías, se habla más bien de la forma, la energía y la consciencia.
En cuyo caso la energía enfatizaría un solo aspecto del gran espectro de la energía: su aspecto intermediante.
Un aspecto muy importante, para empezar porque nos ayuda a entender como algo sale de la nada.
La energía de lo manifiesto
La cosa, en el modelo de los tres segmentos, es así: del vacío potencial surge la energía intermediadora, y de ella surge todo el universo concreto.
En el modelo de los dos segmentos, que vimos previamente, está el vacío fértil de un lado y luego, conjuntamente, la energía intermediadora y manifiesta del otro.
Shiva y Shakti.
Shakti, como ya dijimos, siendo el Espíritu Manifiesto o Espíritu en Acción.
El Espíritu en Acción, que va desde lo más denso hasta lo más sutil en el espectro de la forma.
Hay distintos tipos de subenergías en este espectro: la energía física, la energía pránica, la energía emocional, la energía mental y la energía radiante.
Así pues, el espectro entero de la creación participa de Shakti.
Lo cual es particularmente obvio en los seres vivos.
La magnífica, y muy extrañada, maestra zen Charlotte Joko Beck lo pone así:
«Todos somos remolinos en el río de la vida. Durante el fluir de sus aguas, un río o un arroyo pueden golpear rocas, ramas o irregularidades del terreno, provocando remolinos que brotan espontáneamente aquí y allá. El agua que entra en uno de estos remolinos rápidamente sigue su curso y vuelve a unirse al río, hasta que se encuentra con un nuevo remolino y repite el procedimiento para seguir adelante. A pesar de que durante periodos breves parece aislada de todo lo demás, en realidad el agua de los remolinos es el río mismo. La estabilidad del remolino es sólo temporal. La energía del río de la vida forma cosas vivas –un ser humano, un gato o un perro, árboles y plantas– y lo que mantenía al remolino en pie sufre una alteración que lo hace desaparecer para unirse a la gran corriente de agua. La energía que formó un remolino en particular se desvanece y el agua avanza, quizá para volver a quedar atrapada más adelante y volver a convertirse en remolino.»
La energía, como bien lo dice el dictum científico, nunca se destruye, solo se transforma.
Energías particulares
También es frecuente que se utilice la palabra energía para una particular zona del espectro manifiesto del Espíritu.
Así por ejemplo, con frecuencia se utiliza la energía para hablar de la energía pránica, que es un tipo de energía muy específico del mundo manifestado. Esta particular energía es la raíz de la vitalidad y el movimiento y la voluntad.
También se utiliza con frecuencia el término energía para hablar de la energía radiante, por ejemplo.
El punto es que en estos y otros casos se utiliza la palabra energía para delimitar algo muy estrecho y técnico.
Una última definición
Independiente de si la energía representa toda la manifestación formal o un aspecto de este, hay otra definición de la energía: la energía como la parte objetiva –o material– del espectro manifiesto del Espíritu. (La equivalencia de masa y energía en realidad habla de dos aspectos de una misma cosa, que podemos llamar, de manera simplificada, energía.)
Hay quienes consideran antes bien la energía como la parte interior, o consciente, del espectro manifiesto del Espíritu.
Incluso podría considerarse la energía como eso que relaciona lo objetivo y lo subjetivo, es decir las distintas mentes con los distintos cuerpos en el universo formal y manifestado.
Resumiendo
Dimos seis posibles usos de la palabra energía en el ámbito espiritual.
La primera definición es que la energía es el Espíritu en su totalidad.
La segundo es que la energía es la parte invisible del Espíritu.
La tercera es que la energía es lo que intermedia entre la parte invisible y la parte visible del Espíritu.
La cuarta es que la energía es el espectro manifiesto del Espíritu.
La quinta definición es que la energía es una particular zona del espectro manifiesto del Espíritu.
La sexta es que la energía es la parte ya sea objetiva o subjetiva del espectro manifiesto del Espíritu, o la relación entre estos dos pilares de la creación.
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