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El despertar de la Kundalini



He querido desde hace rato escribir acerca del despertar de la Kundalini. 

 

Por supuesto, para hablar del despertar de la Kundalini tengo que hablar de la Kundalini como tal. Así que empecemos por ahí. 

 

 

¿Qué es la Kundalini?

 

A veces, se comete el error de equiparar la energía cósmica de la Kundalini a la energía del segundo chakra, a la energía sexual, pero esto la limitaría brutalmente. 

 

Ni siquiera puede ser equiparada a la energía vital, aunque la energía vital juega un rol definitivo en el despertar de la Kundalini. 

 

Una forma de ponerlo es que el prana es la gasolina y la Kundalini el fuego. La Kundalini es fuego primordial. 

 

Como funciona esto es que el vacío da lugar a la energía primigenia del universo. Esta energía basal o esencial da lugar al universo manifestado. Este universo nace en un estado de inconsciencia; es un universo inconsciente. Pero va pasando de la inconsciencia a la consciencia y lo que hace que el universo pase de la inconsciencia a la consciencia es una voluntad o impulso o energía que podemos llamar Kundalini. 

 

Claro, el universo todo, desde lo más grosero a lo más sutil, está hecho de energía, pero la energía encargada de prenderlo y activarlo es Kundalini. 

                            

La voluntad inherente de la Kundalini es moverse, eróticamente, a través del ser. En ese sentido Kundalini es algo que está destinado a moverse, es el movimiento como tal, es lo que ese movimiento causa a su paso, además de la consumación de todo ese movimiento. 

 

Especulo que es por virtud de tanto dinamismo que a la Kundalini se le asocia a la serpiente. Toda serpiente tiene una cualidad fluida, ondulante. 

 

 

La serpiente despierta

 

La Kundalini es energía, además de dinámica, despierta. Pura energía creativa y despierta. 

 

Al principio, la serpiente de la Kundalini no se mueve, sino yace quieta como una serpiente enroscada en el primer chakra. Cuando está enroscada en el primer chakra, la serpiente está dormida. Es energía despierta, pero está dormida. Paradójicamente es energía despierta dormida. 

 

Entonces hay que despertarla por medio de la sadhana espiritual. Con lo cual pasa de ser energía despierta dormida a ser energía despierta despierta. 

 

Lo curioso es que el practicante espiritual que pretende estimular o despertar la Kundalini ha sido ya previamente despertado en alguna medida por ella. Es porque el practicante ya está hasta cierto punto kundalizado que puede él calentar su propia Kundalini. En suma: la Kundalini ha despertado al practicante con su poder despierto para que el practicante la despierte a ella. Es un proceso muy peculiar, que seguiremos explorando en un instante. 

 

Una vez despierta, la Kundalini asciende zigzagueante hasta hacerse uno con la consciencia total. Tal es la Kundalini consumada, realizada, la unión entre el gozo y el vacío, por ponerlo en términos budistas. Por supuesto, Kundalini es un término que vamos a encontrar más bien en la tradición hinduista. Pero es un buen momento para decir que si bien Kundalini obviamente nos remite a la tradición hinduista, es una realidad universal, que posee descripciones en muchas tradiciones. Sería peligroso hacer equivalencias absolutas, pero interesantes encontrar puentes de consonancia. 

 

 

La despertadora

 

Shakti está dormida, y se despierta a sí misma a través una parte de sí misma –la Kundalini– que está despierta, y cuya función cósmica es despertarla. 

 

En ese sentido, podría argumentarse que el sueño de Shakti es como un Caballo de Troya. El Caballo es el dormir, pero ese dormir está preñado de energía despierta: Kundalini.  

 

Es necesario explicar a estas alturas que la Kundalini es el vástago andrógino de la madre Shakti que viaja y busca a su padre Shiva, a través de los planos de la manifestación. 

 

En efecto, Kundalini es la relación entre la divinidad sin forma de Shiva y la divinidad formal de Shakti. Si Shiva es el cielo y Shakti es la tierra, Kundalini tiene pues una función conectora entre la tierra y el cielo. 

 

Ahora bien, Kundalini tiene que ser una electricidad muy poderosa para que logre arrancar a Shakti de su condición inconsciente y, adicionalmente, reunirla con su amado, Shiva. 

 

Tomemos en cuenta que para cubrir la distancia de Shakti a Shiva, la Kundalini tiene que subir por todo el espectro del ser, que cubre en su forma manifiesta siete dimensiones, siete chakras. 

 

A ese trayecto nos referimos usualmente como el ascenso de la Kundalini. 

 

Ese ascenso es representado en el lenguaje simbólico occidental por el caduceo, símbolo de Hermes, el mismo que a veces se utiliza para simbolizar la medicina. 

 

En su ascenso hacia Shiva, a través de esas siete dimensiones, la serpiente de la Kundalini se va volviendo más destilizada y sutilizada, más transparente cada vez. 

 

El asunto es que Kundalini no solo recorre el sendero: lo prende. La única forma de recorrer el camino de los chakras, de las dimensiones, es actualizándonos, pues ellos mismos están en un estado semidormido. 

 

Increíblemente, la serpiente activa el sendero en el cual se mueve. Es decir: Kundalini es una energía despierta que se despierta a sí misma y luego despierta lo que toca. 

 

Energía despierta despertadora, por así decirlo: su función es despertar con su propia energía despierta. 

 

Quede entonces claro que cuando hablamos del despertar de la Kundalini no hablamos solo de su propio despertar sino del despertar que ella provoca. Que no estamos hablando meramente del pasaje de la Kundalini de un estado latente a un estado despierto, sino del pasaje de todo el espectro del ser de su latencia a su despertar. 

 

En un lenguaje no dual, Dios está dormido en su manifestación, y emana un factor ascendente que viaja en sí mismo y a través de sí mismo para despertar todos sus sí mismos dormidos, hasta entronizarse en la corona, y más allá de la corona, como un Dios totalmente vivo.  

 

La función pues de la Kundalini, y de su despertar, es despertar a Dios. 

 

Rigurosamente, no es hasta que todo el espectro del Ser en Acción, todo el espectro de Shakti, con sus innumerables dimensiones y energías, despierta, que el despertar de la Kundalini es consumado. 

 

No es hasta que todos los chakras, incluido el chakra corona, son completamente activados que el despertar de la Kundalini acaece en su totalidad. 

 

Esto se da para empezar en el nivel microcósmico, es decir en  seres específicos que actualizan todas sus dimensiones. Pero eventualmente se dará en el nivel macrocósmico también, es decir en la totalidad del universo. En ese escenario, todos los seres y todos los contextos de todo el cosmos se habrán luminificado completamente. 

 

Y ese es el despertar último de la Kundalini. 

 

 

¿Quién despierta la Kundalini?

 

En cierto momento, al practicante individual le puede parecer que es él quien está despertando la Kundalini y moviéndola por los chakras.

 

O inversamente le puede parecer que la Kundalini lo está despertando a él y se está despertando dentro de él. 

 

Ambas formas de verlo son deceptivamente dualistas. 

 

En realidad, y en rigor, Dios se está despertando a sí mismo. 

 

La energía despierta de Dios crea a Diosa en su forma dormida o inconsciente, pero en el centro de la Diosa dormida, hay un caballo de Troya, como ya quedó dicho: la Diosa despierta acurrucada, la venerable serpiente acurrucada, que desde ahí se despliega. 

 

Dios se despierta a sí mismo por sí mismo desde sí mismo.

 

Y el practicante, como expresión de Dios, es parte de este proceso.

 

Incluso en una piedra la Kundalini busca el despertar total de Dios. Como la piedra carece del hardware necesario para poder ascender hasta el Dios último, hasta el Dios irrevocablemente despierto, el propio Dios creará alianzas holónicas que le permitan a la piedra configurar evolucionariamente ese hardware, es decir convertirse en algo más que una piedra.

 

Aún siendo tan primitivos en tantos sentidos, algunos seres humanos ya son capaces de llevar la Kundalini hasta su resolución última con el hardware que actualmente tienen. 

 

No todos los seres humanos, claro, pero sí algunos muy especiales, que llamamos despiertos, iluminados.

 

 

La práctica de la Kundalini

 

La energía cósmica está dormida en la materia, pero podemos despertarla por medio de cierta práctica o yoga especial.

 

Dicho mejor: la Kundalini despierta en nosotros la práctica que va a despertarla a ella, la Kundalini despierta en nosotros el yoga de la Kundalini. 

 

Aquí estoy utilizando yoga de la Kundalini en su acepción más amplia, no meramente como ese cúmulo de kriyas que enseñaba Yogi Bhajan, por ejemplo. 

 

O como esas prácticas tántricas, rastreables por cierto en ciertas escuelas gnósticas contemporáneas. 

 

En realidad hay muchas prácticas que pueden estimular la Kundalini. En rigor todo yoga que estimule la Kundalini es Kundalini yoga.

 

Una forma muy formal de abrir la Kundalini es abrirse al shaktipat del gurú, por ejemplo. 

 

Pero luego hay prácticas menos formales, incluso nada formales, incluso llanamente informales. Hay quienes han encendido su Kundalini a pura fiesta electrónica, por poner un ejemplo. 

 

A veces la Kundalini se despierta sin una práctica como tal: simplemente es catalizada por ciertos eventos como la muerte de un ser querido, un accidente, una substancia, un efecto astral, etc. 

 

O ni siquiera hay un evento de por medio, simplemente vas por la calle y se te prende la Kundalini. (Lo cual no quiere decir que no haya una serie de eventos y circunstancias previas que formularon ese no evento.)

 

Sin embargo a estas personas que son sorprendidas por la Kundalini no necesariamente les va bien, porque su sistema no está preparado para ese overload de energía. 

 

No tienen el contenedor yóguico para contener la energía de la Kundalini. 

 

Digamos que la práctica espiritual, además de instigar el despertar de la Kundalini, te alista el contenedor para poder soportar el paso de la Kundalini sin que te queme los fusibles. 

 

Por otra parte, la práctica generalmente viene acompañada de una teoría, de un contexto. Esas personas que tienen despertares espontáneos de la Kundalini a menudo no saben qué diablos les está pasando, es decir carecen de contexto, y creen simplemente que se están volviendo locos, y empiezan a tomar antidepresivos o qué sé yo. 

 

Y terminan haciéndose daño por tratar de arreglar algo que no entienden. 

 

 

Está caliente

 

El yoga formal de la Kundalini generalmente busca incentivar algún tipo de intensidad.         

 

Esta energía yóguica lo que hace es destapar los bloqueos, limpiar los canales, reconfigurar los sistemas, y preparar el camino para el Señor, siendo el Señor en este caso el Espíritu Santo, es decir la Kundalini misma. 

 

Como ya se dijo, hay muchas prácticas para generar este calor sagrado. Por ejemplo en el budismo tibetano está esa magnífica yoga llamada tummo.               

 

El propósito de la práctica formal de Kundalini es invocar un calor calcinante que aniquila los karmas, un ardor que quema el ego, un fuego que lo abrasa todo. 

 

Una vez el fuego se ha activado, puede ser muy desagradable, o puede ser tan agradable que se vuelve muy desagradable. 

 

Es el insoportable éxtasis de Dios.

 

Todo nacimiento, incluido el de la Kundalini, requiere un parto, y no hay parto agradable. 

 

La gente romantiza la experiencia de la Kundalini pero de hecho es muy perturbadora. 

 

Una vez escribí un post al respecto en mi Face: 

 

«Todas estas noches he sido cocinado por la Kundalini. Asado. Freído. Hay gente que pretende gestionar o domesticar la Kundalini con la respiración. Están verídicamente locos. Me considero a estas alturas más o menos experto en técnicas de respiración y sé que ninguna funciona para apaciguar esta electricidad salvaje. La Kundalini no es apaciguable, no es gestionable. La Kundalini es ser quemado, punto.»

 

Otro post: 

 

«Kriyas, contorsiones, fuegos incontrolables, placeres y dolores quemantes, desagradables, en la madrugada. La energía circula, violenta, abriendo surcos en el cuerpo, que termina descoyuntado, apaleado, suavecito, por el tránsito indomable de la energía.» 

 

Una vez activada la Kundalini, se deriva, no hay mucho que se puede hacer para contenerla. La Kundalini simplemente no está bajo nuestro control. 

 

Lo que sí está bajo nuestro control, acaso, es la práctica de la Kundalini como tal. Se diría que hay contextos y condiciones que van a circunstanciar mejor la práctica de la Kundalini. 

 

Por ejemplo la presencia de la luna llena puede ser un factor decisivo a la hora de practicar la yoga de la Kundalini (y de hecho de cualquier práctica espiritual), ergo queremos incluir o excluir ese factor de nuestra práctica, según.

 

¿Qué más? Dado lo abrasivo de esta energía, no es sabio hacer la práctica de Kundalini sin estar preparado para sus consecuencias.

 

Se recomienda por lo tanto no hacerla prematuramente, o sin saber qué se está haciendo. 

 

Se han visto personas que instigan la Kundalini por medio de pranayamas violentos con resultados muy torcidos. 

 

Algunos maestros de hecho recomiendan no meterse con la Kundalini nunca. Dicen que la Kundalini tiene que despertarse por su cuenta, naturalmente. Este un tema fascinante que merece debate. Lo dejaremos para otra ocasión.