Estas fases son: 1) la germinación espiritual; 2) el desarrollo espiritual; 3) la madurez espiritual.
Se podría decir que el Proceso HALO es una exploración de estas tres fases.
A cada fase se dedica cinco módulos, aparte del módulo introductorio y el módulo final. Eso da un total de diecisiete módulos.
Por demás, cada módulo está compuesto de dos temas, salvo el módulo “El trabajo” que contiene 44 contenidos. En total el viaje HALO consta de 76 temas.
Por lo general cada tema ocupa una reunión individual, aunque luego es cierto que a veces toma más de una reunión.
En teoría el Proceso HALO tomaría un año y medio, pero en la práctica se extiende a dos, dado que a veces un tema ocupa más de lo planeado, y a eso hay que agregar las veces que el estudiante, o el maestro no puede atender la reunión, que esperamos no sean tampoco tantas.
Todos las fases y módulos y contenidos ya están diseñados, pero son adaptados y orientados a la persona particular que los está recibiendo. A diferencia de un centro espiritual en donde mayormente recibiría el estudiante contenidos genéricos sin aplicar a su precisa persona.
Todo el Proceso HALO viene en un determinado orden, que responde a una lógica o narrativa espiritual. Por tanto no podemos saltarnos fases, módulos o contenidos.
Desde luego, el estudiante puede salirse en cualquier momento del proceso y si así lo desea y reanudarlo después (si hubiera espacio, claro).
La recomendación de HALO por supuesto es que termine el proceso, o al menos la fase en la cual se halla sumergido. Los tibetanos dicen: preferible no empezar algo a empezarlo y no terminarlo.
Siempre queda la posibilidad de que el estudiante haga la Introducción y Primera Fase (doce reuniones) para ver si es algo que le interesa en verdad.
Siempre queda la posibilidad de que el estudiante haga la Introducción y Primera Fase (doce reuniones) para ver si es algo que le interesa en verdad.
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