El espacio de la consciencia sale del sí mismo, es decir de la consciencia unitaria o consciencia sin dualidad. No solo el espacio de la consciencia nace del sí mismo, ahí se disuelve.
Este espacio de la consciencia es un reino bisagra entre la no forma y la forma, entre lo inmanifiesto y lo manifiesto. Es decir que intermediando entre el sí mismo y el universo se encuentra el espacio de la consciencia, que es el estado semimanifiesto del ser. El espacio de la consciencia no tiene forma, pero ya tiene manifestación: es el plasma divino. El espacio de la consciencia pertenece al ámbito del espacio infinito y el tiempo eterno.
Del espacio semimanifiesto de la consciencia surge toda la manifestación concreta. Y correlativamente es en el espacio de la consciencia en donde la manifestación se disuelve.
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