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Todo nace de la consciencia

 

Lo primero a decir es que ser y conocer son lo mismo. 

 

Si el ser y la consciencia son iguales, no puede haber una jerarquía dcausalidad entre ellas. Así pues: el ser no causa la consciencia.

 

A veces se entiende la sintiencia como una propiedad del sí mismo. A veces se entiende la presenciación como la cualidad de la presencia.  A veces se entiende la consciencia como la efulgencia del ser. A veces se entiende el conocer como un atributo de lo que es, de igual manera que se entiende que la luz es una consecuencia o producción del sol. 

 

En el caso del ser y la consciencia, no es que la consciencia sea un derivado del ser: ocurren simultáneamente. El sol y el rayo de luz son un solo rayo. Ser y consciencia son dos aspectos simultáneos de lo mismo. 

 

Se podría incluso decir, argumentar, que la presencia es la cualidad de la presenciación, que el ser es una cualidad del conocer, que el ser nace antes bien de la sintiencia. Que en virtud de la sintiencia el ser es. Que si no fuera sintiencia, el ser no sería. 

 

En realidad ambas opciones son legítimas. Ser y consciencia se coimplican y se coexpresan. 

 

Al mismo tiempo, ni la consciencia es subsidiaria del ser, ni el ser es subsidiario de la consciencia. 

 

La consciencia es completamente incausada, infabricable, primordial y primigenia. Nadie puede fabricar o crear o causar la consciencia. 

 

No solo la consciencia es incausada, además es la causa y condición de todo, es la sustancia de todo. Todo nace de la consciencia, es consciencia, y en la consciencia se disuelve.

 

Algunos dicen que la materia causó la consciencia, que el conocer  es una propiedad emergente de lo material, un disparate. Antes bien, lo material es una propiedad emergente de la consciencia.

 

El paradigma materialista dice que las criaturas conscientes lo son por virtud de una consciencia que es una suerte de secreción epifenómenica de sus cerebros. El resto del universo, para este paradigma, no es consciente. Es decir: nosotros los seres conscientes somos seres conscientes de la materia no consciente. Es el paradigma cartesiano. 

 

En realidad, este conocer, esta consciencia, no es una propiedad emergente de lo material, y mucho menos de cierta materialidad exclusiva como la humana. 

 

Con ello no queremos sugerir que la materia no existe. 

 

La materia existe, pero existe como consciencia cristalizada. Todas las cosas son consciencia coagulada. Consciencia en estado consistente. 

 

Nestamos diciendo meramente que la consciencia es una propiedad de la materia ni estamos diciendo que la consciencia es una propiedad de la manifestación, como lo asegura el pansquisimo: estamos diciendo que lo manifestado es una propiedad de lo inmanifestado, que es consciencia. 

 

Luego es importante no restringir la consciencia a la consciencia subjetiva, y por tanto al sujeto sintiente. 

 

No se está diciendo que la subjetividad no existe, como lo dicen ciertos fisicalistas que, así como ignoran la consciencia, ignoran o minimizan la subjetividad, reduciéndola a la materia observable. 

 

Desde luego la subjetividad existe, y es consciencia. 

       

Dicho eso, la consciencia es mucho más que el sujeto. 

 

No caigamos en el error del idealismo craso. Así como el materialismo ciñe  la consciencia a la materia, el idealismo reduce la consciencia a la subjetividad, cayendo en posiciones insostenibles como el solipsismo. 

 

Entendamos que los sujetos, así como las cosas, también son consciencia coagulada.

 

Si a veces la consciencia nos parece un sujeto o persona omnisciente, eso es solo una proyección de nuestra propia condición subjetiva en la consciencia impersonal. 

 

La consciencia trasciende la subjetividad y trasciende todo sujeto, así sea el sujeto crudo, el ego especializado o el yo superior. 

 

Si la consciencia no se puede reducir al sujeto, mucho menos a la mente del sujeto, que solo es una franja del sujeto.

 

Y que además solo existe formalmente en algunos sujetos específicos, y en otros de un modo muy rudimentario. 

 

Estamos procurando indicar que si bien la mente es una expresión de la consciencia no podemos rebajar la consciencia a la mente y las formas mentales.

 

La consciencia no es apenas la mente, aunque la mente claramente es la consciencia, es una expresión de la consciencia, del conocer. 

 

En síntesis, la consciencia es mucho más que la subjetividad y mucho más que la mente.

 

Adicionalmente, es mucho más que la conciencia sin "s", entendida como mente moral. 

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