Un cosmos libre

Hay, sí, un patrón o plan, un orden divino desenvolviéndose en el cosmos. De hecho la palabra cosmos ella misma quiere decir orden. Dicho eso, a la vez hay algo creativo, incluso caótico, impulsando el universo. Es como si la determinación y la emergencia funcionaran paradójicamente de la mano. Esta es una interpretación que intenta reconciliar la teoría evolucionaria con la teoría creacionista.

  

Por un lado hay algo ya dado (algo “sin dados”) en el movimiento cosmológico. El ser dinámico simplemente está recordando, remembrando sus cualidades primordiales, de acuerdo a un plan y un plano escritos y  prescritos. Estas cualidades, que ya preexisten pues, simplemente se develan o enactúan. 

 

Pero a la vez el universo es totalmente innovador. El cosmos no solo está recordando o descubriendo el ser: está manifestándolo. El ser está imaginando al ser. Hay en toda evidencia una cualidad novedosa aquí.

 

Así pues, estamos hablando de un cosmos en donde hay por igual diseño y libertad. Se puede decir que el fin del universo es volver al ser creándolo. El regreso de Shakti a Shiva es inevitable, pero no predeterminado. La ruta a Shiva es abierta e imprevisible. Por lo tanto, cada cosmos que nace es un cosmos creativo, un cosmos inspirado, un cosmos libre.